Lambayeque: Cuna del mate burilado.
- CADETUR LAMBAYEQUE
- 26 nov 2018
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Breve reseña histórica
En el Perú Prehispánico, el mate cumplió un rol utilitario ya que se utilizo como recipiente para alimentos, bastidor para remendar ropa, flotador para embarcaciones e instrumento musical (Quepa). En el ámbito ritual es muy común observar en las representaciones cerámicas a individuos mascando coca, llevando en sus manos un calabazo en el que posiblemente depositaban la cal. El indicio mas antiguo del mate data de año 2500 antes de Cristo, descubrimiento que se hizo en 1946 en Huaca Prieta, en el valle de Chicama (La Libertad), el cual estaba decorado, denominado "El Mate de las Caras". Asimismo en ese descubrimiento se encontró un segundo mate decorado denominado "El Mate de los Felinos".
En la actualidad, el mate esta relacionado a la hechicería, ya que "los brujos norteños" emplean sonajas elaboradas con calabazo en sus "rituales de encantamiento". Asimismo en zonas rurales de Lambayeque es común encontrar agricultores que colocan semillas dentro de mates.
Tipos de mate

Lambayeque: Cuna del mate burilado
En Lambayeque, es tradicional el uso del mate. Se suele usar en picanterias y chicherios como recipiente para consumo de alimentos y bebidas. En las zonas rurales se usan como fuentes o platos. Asimismo tal como se menciono con anterioridad, es usado por los agricultores como recipiente de semillas.
El centro de producción mas importante en Lambayeque es Mórrope. En este distrito se produce la calabaza la cual inclusive es comercializada en la sierra central de nuestro país. Inclusive en Mórrope podemos encontrar el taller productivo mas importante el cual pertenece a la familia Valverde Bereche, naturales del caserio de Arbolsol. Ellos se encargan del proceso completo de la produccion y comercialización del ya mencionado producto.

El mate burilado
Ninguna costumbre andina queda fuera de los mates burilados. La cosecha de la papa, el famoso huaylas, las fiestas de guardar, y los paisajes serranos son algunas escenas inmortalizadas en las calabazas doradas y redondas de este arte popular que persiste en el valle del Mataro (Junín), en Huanta (Ayacucho) y en las localidades de Lambayeque. MÁS RUMBOS: Los hijos del mar de PucusanaMás allá de ser una pieza de contemplación y adorno para la sala, el mate brilla por su calidad de documento histórico. Así como los egipcios dibujaban sus vivencias en sus pirámides o los griegos en sus cerámicas, las comunidades andinas lo hacían con la técnica del burilado.Herederos de esa tradición, los artesanos contemporáneos plasman con un buril fabricado rusticamente sus tradiciones, creencias y la cotidianidad sobre la corteza del mate, creando un ‘libro redondo’ con escenas narrativas que incluyen la idiosincrasia del hombre andino. Es una suerte de bitácora al igual que el retablo o la centenaria sarhua.Como bien se sabe, el mate es un fruto de la familia de las cucurbitáceas como el melón y el zapallo, pero no crecen en la sierra central y los artesanos deben obtenerla del norte. Para obtener el mate con una textura de madera, se debe quitar la cáscara una vez cosechado y dejarlo al sol.

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