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LOS TURISTAS COMPRAN SIGNIFICADOS

  • Renzo Miranda
  • 2 abr 2019
  • 3 Min. de lectura


Los seres humanos, provengan de donde provengan, poseen pensamiento simbólico. Seas asiático, europeo o latinoamericano tienes la facultad de darle un significado a todo cuanto te rodea: otorgarle un nivel de importancia. El pensamiento simbólico se encarga de esta importante tarea cognitiva, comparable en su utilidad diaria con el lenguaje, la memoria y la atención.

No todo es importante para las personas o, dicho de otro modo, no todo merece el mismo nivel de importancia para toda la gente. Lo que significa o representa tal cosa para mí es la medida de su importancia ante mis ojos, y esto puede diferir dependiendo de la cultura o la propia personalidad de cada individuo. Así acciona en nosotros el pensamiento simbólico.

Vivimos rodeados de significados, algunos relevantes y otros no tanto. Desde la luz roja de un semáforo, pasando por la marca de una bebida gaseosa o el equipo de fútbol al que seguimos, hasta el rostro del político que desaprobamos, todo absolutamente tiene un efecto simbólico sobre nosotros: o le damos la debida importancia o simplemente lo pasamos por alto porque no nos resulta importante.

Recuerda siempre aquel viejo dicho popular: las cosas no valen por lo que son, sino por lo que representan para cada persona. Esa representación simbólica de las cosas es el significado que adquieren en nuestra vida. Y ese significado, ese valor simbólico, es el código simbólico, posible gracias a nuestra facultad de pensar simbólicamente.

CÓDIGO SIMBÓLICO = VALOR SIMBÓLICO = SIGNIFICADO

Desde luego, el turismo no puede escapar del influjo poderoso del pensamiento simbólico. Destinos turísticos y marcas turísticas representan algo en nuestra vida, independientemente de la motivación de viaje y de nuestra capacidad económica. Aquí es donde la teoría de los significados supera con creces a la teoría tradicional del turismo cuyo motivo, para explicar por qué viajan las personas, se reduce a menudo en necesidad de evasión.

Es preciso comentar que nuestra propuesta respecto a este nuevo tópico de los significados en turismo constituye, recientemente, una innovación conceptual y a la vez práctica en el sector de viajes de Perú, y que, no obstante su aporte al entendimiento del consumo turístico y las ventajas que esto acarrea, ha sido con frecuencia desdeñada por quienes no son capaces de salir de su lerda y limitada burbuja teórica.

Pero nosotros comprendemos que, a veces, aceptar de buen talante la magnitud e impacto de una innovación lleva tiempo. Poco a poco, el discurso dominante de calidad, sostenibilidad y territorialidad en turismo, cederá ante el embate de nuevos temas como el pensamiento simbólico, el cual ya se implementa en las estrategias de marketing y comunicación de otros sectores económicos.

¿Pero qué significa el turismo en la vida de la gente y sobre todo en la vida de mis clientes? ¿Por qué el público de mi agencia decide viajar a Arequipa y no a Cajamarca? ¿Por qué si Caral es relevante en términos históricos no se convierte en una meca del turismo internacional? ¿Qué explica la supremacía permanente de Machu Picchu en Perú? ¿Cómo puedo hallar el significado o código simbólico de mi destino turístico? ¿Cómo puedo mejorar mis ventas usando el valor simbólico en mis paquetes turísticos?

Te comparto algunos significados potentes para destinos turísticos nacionales e internacionales. Todos ellos son fruto de tres años de investigación y consultoría profesional en el ámbito público y empresarial del turismo, tomando como base procesos de empatía, hallazgos neurocientíficos y principios de la psicología cultural y, ante todo, saber a qué segmento de clientes nos estamos dirigiendo como propuesta de valor.

  • No vendes turismo de sol y playa, vendes premio merecido.

  • No vendes tours europeos, vendes status occidental.

  • No vendes paquete familiar, vendes memorias felices.

  • No vendes viaje de promoción escolar, vendes una oportunidad única.

  • No vendes Caral, vendes afirmación de identidad nacional.

  • No vendes safaris en el África, vendes exploración y conquista.

  • No vendes Machu Picchu, vendes promesa inca.

  • No vendes Dubái, vendes ser más global.

Aquí te muestro un ejemplo claro, para el turismo de sol y playa, de cómo aplicar los significados en tu discurso de ventas como agencia de viajes.



Tip de venta:

Incluye en tu discurso este párrafo como cierre de ventas.


- Muy bien, señora. Esos son nuestros servicios especiales para su viaje perfecto a Cancún, un gusto que todos deberíamos darnos ¿verdad? ¿Por qué no consentirse yendo a Cancún, por qué no darse ese premio? Es lo que una se merece luego de tanto trabajo y estrés en Lima. Regálese la oportunidad de disfrutar de un lindo sol y bellas playas. Cancún es el destino ideal para usted.

 
 
 

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